Aspectos Biográficos de Jorge Carrillo Gonzalez Sacerdote Legionario de Cristo


Nació el 5 de mayo de 1952, en las orillas de la laguna de Chapala, Ocotlán, Jalisco, México.

Comenta el Padre: Tengo siete hermanos. Soy el segundo de cuatro hombres y tres mujeres.
Mi padre Agustín, era mecánico en la Empresa Celanese   Mexicana, S.A.

Mi madre María Socorro siempre vivía sacrificándose por su familia, afable, fiel esposa como así también, una mujer abnegada. En un cálido ambiente familiar transcurrió mi infancia con matices pintorescos propios de los juegos infantiles, que inventábamos a cada instante, pero a su vez con enseñanzas morales y sociales que desde muy pequeño plasmaron en mi alma el espíritu de amor, de respeto hacia el prójimo e incrementando las cualidades de humildad y rectitud, siendo mis padres un modelo de mi pensar y actuar a través de toda mi vida.
Cursé mis estudios primarios en los colegios Colón, Valentín Gómez Farías y Rodolfo Gil Preciado. Al finalizar los mismos, fui elegido para participar en un concurso estatal debido a mi meritorio proceder como estudiante. La escuela Secundaria y la Preparatoria la realicé en el establecimiento  Benito Juárez.
          Cuando retorno a quienes conozco desde la infancia o adolescencia, mantengo una convivencia llena de recuerdos hermosos y fraternales. La generación de estudiantes del año 1971 son, hoy en día, personas adultas con diferentes profesiones u ocupaciones, pero al reunirnos se disipan las diferencias, nos sentimos nuevamente estudiantes y brotan recuerdos hermosos que el tiempo no ha logrado disipar. Continúa la narración diciendo:
 El inicio de mi vocación sacerdotal fue durante el año 1971, en que asistí a tres convivencias para resolver las dudas de FE que se me presentaron. Después concurrí a un cursillo de dos meses. Durante esta última vivencia intensa de deporte, cultura y aspectos religiosos, descubrí el llamado del Cristo Viviente, el llamado al SACERDOCIO. Para afirmar mi Vocación el Padre Santiago me invitó a España para hacer el Noviciado en la Congregación de los Legionarios de Cristo. Allí encontré lo que buscaba: Algo fuerte y verdadero que llenó para siempre mi vida y mi proceder. Encontré el Cristo Viviente, sabio, puro, fiel por quien podía apostar toda mi vida.  Ese don del amor que sentí por Jesús y que llenó mi corazón proviene del Espíritu Santo como enseña el Apóstol: “El amor de Dios ha sido derramado por el Espíritu Santo”. Ese Cristo lo había descubierto en la infancia. En la escuela preparatoria sentí que la profundización religiosa que anhelaba, no podía lograrla yo solo, pero la constancia y el estudio de los Santos Evangelios, la eclesiología, patrología, documentos pontificios, hicieron incrementar mi fe durante el noviciado y decidí consagrarme a Dios haciendo los votos de Pobreza, Castidad y Obediencia porque encontré la persona en quien podía invertir toda mi vida sin temor al fracaso: Jesucristo.
Estudié devotamente la responsabilidad que emerge de las Constituciones de la Congregación de los Legionarios de Cristo.
Me detalla, de este modo, sus estudios posteriores:
        En Roma realicé estudios de Filosofía y Teología en el año 1974, los primeros en la Universidad Gregoriana.
       Después de esta etapa de mi formación, pasé a desarrollar un  apostolado  como Asistente formador de los jóvenes seminaristas  en un seminario que la Congregación me confió, en Ontaneda, Cantabria, España. Al mismo tiempo alternaba con los estudios de Teología.
En forma categórica afirma:
       Ver a los seminaristas que finalizan sus estudios es muy gratificante, me siento un verdadero discípulo de Jesucristo: su colaborador. Uno de los objetivos que persigo con mi apostolado fue y será siempre, FORMAR FORMADORES, INFUNDIR LA MÍSTICA DEL FORMADOR.  Cuando lo logro, me siento como un Padre que conduce hacia el Bien Supremo a su hijo, lo realizo con la mayor dedicación y vocación posible.

Prosigue con su relato:
         Me ordené DIÁCONO en SALAMANCA, ESPAÑA, en la fiesta de Cristo Rey del año 1982. Es el paso previo antes de la ordenación sacerdotal, el Día más esperado. Fue el 3 de enero de 1983 EN LA CAPILLA DEL SEMINARIO DE LOS LEGIONARIOS DE CRISTO EN ONTANEDA, CANTABRIA, ESPAÑA. Los superiores me ayudaron a prepararme con gran esmero: por medio de los ejercicios espirituales, por la acción apostólica, por la formación académica. Un coro de 25 estudiantes  mayores se trasladó desde Salamanca a Ontaneda para la ceremonia. Algunos de ellos habían sido seminaristas en ese mismo lugar. Me sentía muy acompañado por toda mi familia que siempre me apoyó y oró por mí, en especial por  la madre María del Socorro, y por toda la Legión de Cristo, mi familia espiritual.
El 3 de enero celebramos el nacimiento de la Legión de Cristo y yo  celebraba mi nacimiento al SACERDOCIO. Debo hacer mención del padre Herminio Morelos, LC., que me ayudó directamente en mi ordenación sacerdotal; y del padre Rafael Arumí, LC., mi Superior mayor en España,  que había sido mi director espiritual en el Noviciado y Estudios Humanísticos.
          Una de las columnas de mi entrega a Dios y a las almas,  descansa en lo que el mismo Jesucristo nos dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Otra frase de San Pablo que me ayudó es: “Sé en quién me he confiado”. Y, en ese peregrinar, veo cada vez que celebro las misas, el rostro de la gente, su devoción al confesarse y experimentar la misericordia de Dios y admito que no me equivoqué al elegir ser SACERDOTE. Siempre procuro seguir los consejos de Jesús. Esto  me ha fortalecido en los avatares de la vida, en los tropiezos que el mundo me ha puesto  al vivir mi FE al servicio de la comunidad. Siempre tengo presente el Salmo 92, 13-14: “El justo florecerá como palmera, se alzará como cedro del Líbano. Plantados en la casa  de Yavé, florecerán en los atrios del Dios nuestro.” Entonces, me acerco al Señor, al Santísimo Sacramento del Altar, pidiendo los Dones del Espíritu Santo, rezando por la Paz y acudiendo al poder del Santo Rosario. Allí  persevero y regreso con más fuerza a mi actividad pastoral. En la oración está la paz que surge de la fuerza espiritual y asumo las cargas de la vida dejándome conducir por Jesús.
 “Por sus frutos los conoceréis”
Estos han sido mis pasos en la trayectoria sacerdotal:
1.- RECTOR DEL SEMINARIO EN ONTANEDA, CANTABRIA, SANTANDER, EN 1983, durante 11 años. Los Superiores me dejaron la responsabilidad total de la formación de los seminaristas, los futuros sacerdotes de la Iglesia y de la Legión de Cristo.
2.- GERENTE DEL SEMINARIO DE MONCADA, VALENCIA, ESPAÑA en 1995.
3.- GERENTE DEL SEMINARIO DEL AJUSCO, DISTRITO FEDERAL, MÉXICO en 1996.
4.- RECTOR DEL SEMINARIO EN PUENTE ALTO, SANTIAGO DE CHILE en 1977,  durante 9 años.
5.- DIRECTOR DE SECCIÓN DE SEÑORAS DEL REGNUM CHRISTI EN LA LOCALIDAD DEL CENTRO EN CAPITAL FEDERAL, BUENOS AIRES, ARGENTINA en el año 2006.
6.- CAPELLÁN DEL COLEGIO MANO AMIGA EN FÁTIMA, BUENOS AIRES, ARGENTINA en el año 2006. Colaborador en las capellanías de los colegios de Oakhill de Arenales y Pilar.
7.- GERENTE DEL CENTRO DE APOSTOLADO DE CRISTO EN CAPITAL FEDERAL, BUENOS AIRES, ARGENTINA a partir de 2007.
8.- COORDINADOR LOCAL DE APOSTOLADO Y DIRECTOR DE LA SECCIÓN DE SEÑORAS DEL REGNUM CHRISTI EN ALMAGRO, CAPITAL FEDERAL, BUENOS AIRES, ARGENTINA desde 2010. Colaboré en la Parroquia de Santa María de Betania en coordinación con el párroco.
El secreto de mi felicidad: Conocer y amar más a Cristo y así mostrarlo a las almas que Dios me permita ayudar por medio de los sacramentos.  Lograr una buena dirección espiritual, haciendo conocer que el perdón trae la paz, siguiendo siempre la metodología pastoral que nos marca la Iglesia y que tenemos los Legionarios de Cristo ajustándonos a las consignas de los Vicarios de la Zona y los Obispos en comunión con la Iglesia. Lo que me anima en este camino sacerdotal es la cercanía de mis superiores, de mi familia legionaria, de mis familias, parientes y amigos y hasta de aquel que no conozco y se acerca buscando alguna orientación, alguna respuesta, entonces comprendo que mi palabra en la fe se transforma en una semilla que florecerá, sin lugar a dudas, y dará abundantes frutos.
El ejemplo de Jesucristo es VITAL: JESÚS DIJO: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, que yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí porque soy paciente y humilde de corazón y así encontrarán alivio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. (Mateo 11, 28-30).
Escrito en octubre del 2011
Datos Biográficos brindados por el sacerdote Jorge Carrillo Gonzalez, Sacerdote Legionario de Cristo.. Colaboración en redacción gramatical y colaboración en corrección: Periodista Alicia Mónica Zabala Jakim.Escrito  de “Aspectos Biográficos” al sólo objeto de mostrar algunos aspectos de la vida de dicho sacerdote , su actividad y trayectoria eclesiástica.
Escrito a título informativo.Periodista Alicia Mónica Zabala Jakim Queda Prohibida su reproducción parcial o total, su publicación, sin el previo consentimiento de dicha Periodista y Sacerdote Jorge Carrillo Gonzalez.